La ilustración está basada en la leyenda mexica de Huitzilopochtli y Coyolxauhqui. Coatlicue, madre de los dioses, quedó embarazada milagrosamente, lo que provocó la ira de sus hijos, las estrellas y la luna (Coyolxauhqui), quienes intentaron matarla. En ese momento nació Huitzilopochtli, dios del sol y la guerra, quien defendió a su madre, derrotó a Coyolxauhqui y lanzó a sus hermanos al cielo, donde se transformaron en estrellas.
Desde entonces, según la tradición mexica, cada amanecer representa la victoria de Huitzilopochtli (el sol) sobre Coyolxauhqui (la luna) y sus hermanos (las estrellas), simbolizando la lucha diaria entre la luz y la oscuridad, y el equilibrio del cosmos.
Nuestra ilustración esta formada de la unión de ambos dioses, cuyas presencias, acompañadas de sus símbolos relacionados le dan un equilibrio visual.
Evocamos así la eterna dualidad entre el sol y la luna: una danza metafórica, una batalla sin vencedores, que en su armonioso movimiento nos regala días luminosos y noches majestuosas.